Habilidad de escuchar

 Habilidad de escuchar




En relación a la habilidad de escuchar se le permite al alumno estar en silencio durante la intervención del docente con respecto a la expresión en español y así comprender y transmitir el mensaje, como dice el documento, manual de metodología para Educación Bilingüe Intercultural (s.f). Cuando una persona posee la habilidad de escuchar, comprende fácilmente los mensajes y actúa de acuerdo con lo que ha comprendido (p.3).

En relación a la habilidad de escuchar esta se inicia en el seno de la familia, ahí aprende el niño o niña, a escuchar en su lengua materna los diferentes mensajes emitidos, por lo consiguiente; el aprendizaje del español se aprenderá en el centro educativo de diferentes formas por la interacción con el docente y con la ejecución de actividades.



Comprender la definición de escucha activa es el primer paso para mejorar tus habilidades de escucha activa.

La gente escucha de dos maneras. Escuchar música mientras conduce, mirar televisión mientras come y escuchar una conferencia mientras toma notas, son ejemplos de la escucha pasiva. Estás escuchando, pero no tienes intención de responder, y tu mente divaga de vez en cuando.

La escucha activa, por otro lado, significa dedicar toda su atención al orador y dar una respuesta reflexiva a lo que dijeron después.

  1. Comprender. El oyente presta atención al lenguaje verbal y no verbal del hablante para comprender completamente lo que está tratando de comunicar.
  2. Retener. El oyente intenta recordar los puntos clave del mensaje del orador usando su memoria o mediante la toma de notas.
  3. Responder. Responde al orador para confirmar tu comprensión de su mensaje y para profundizar tu discusión sobre el tema. Esto solo ocurre después de analizar y recordar lo que dijeron (componentes uno y dos)

Puede sonar como una tarea en comparación con la escucha pasiva, pero como la resolución de problemas y la creatividad, la escucha activa es una habilidad suave que puede mejorar múltiples áreas de su vida.

Tu capacidad para administrar un equipo, obtener un ascenso, establecer relaciones, evitar conflictos, criar a los niños y persuadir a las personas mejora como lo hacen tus habilidades para escuchar. Por eso es importante dominar la escucha activa.

La escucha activa te saca de lo que está pasando en tu cabeza a las ideas y emociones que el orador está compartiendo, para que luego puedas usar esta información para responder mejor.

Ya sabes los beneficios de la escucha activa. Ahora es el momento de aprender cómo mejorar tus habilidades auditivas paso a paso.

Enfrenta a tu compañero de conversación. No mires tu teléfono, reloj u otras personas. Mira a quienquiera que esté hablando, incluso si no te están mirando a ti como en el caso de conferencias o seminarios.

Mirar a tu compañero de conversación no tiene por qué ser espeluznante. Puedes mirar otras cosas de vez en cuando, pero no con tanta frecuencia que se haga perceptible. Si te sientes raro mirando a los ojos de la persona, mira sus hombros u otras partes de su cara.

Los modelos visuales y mentales se forman naturalmente en tu mente cuando escuchas información. Esto es normal y es una señal de que todos tus sentidos están ocupados en analizar lo que la otra persona está diciendo.

Recuerda palabras clave, fechas, frases y otros detalles para ayudarto a formar una imagen más clara de la historia de la otra persona.

A veces, las personas solo escuchan para ayudarse a formular una respuesta. Eso no es una escucha activa.

Escuchar con toda tu atención significa permanecer neutral, y no formar ninguna opinión sobre lo que el orador le está diciendo hasta que terminen de hablar.

Es inevitable sentirse contrariado de vez en cuando con respecto a la idea de otra persona, pero no pienses demasiado en estos sentimientos. No te quejes por dentro y digas: "¡Por supuesto, eso no funcionará!" Porque tu atención y comprensión de la idea del orador se ponen en peligro tan pronto como te predispones con estos sentimientos negativos. Recuerda, los buenos oyentes están abiertos a nuevas ideas, incluso a aquellas que contradicen sus creencias.

Interrumpir a la persona que habla contigo no solo te hace grosero, sino que también limita tu absorción de la información que se te transmite.

No termines las oraciones de la otra persona, incluso si crees que sabes lo que está por decir. Los que toman las oraciones a menudo entienden mal las cosas porque están siguiendo su propia línea de pensamiento, no la del orador.

Guarda tus preguntas y argumentos en contra para más adelante, incluso si el orador está discutiendo el tema exacto de tu pregunta. Interrumpir a alguien en medio de una explicación puede hacer que pierdan su línea de pensamiento, y además, existe la posibilidad de que tu pregunta o contra-argumento sea abordado más adelante en su explicación, por lo que no necesitas interrumpirlos en primero.

Reflexionar y aclarar son dos formas de asegurarte de que tu y el orador estén en la misma página.

Reflexionar significa repetir lo que la otra persona dijo con sus propias palabras para confirmar que entendiste su mensaje, mientras que aclarar significa hacer preguntas de sondeo para aclarar posibles malentendidos. Ambas técnicas trabajan mano a mano para hacer que el hablante se sienta escuchado y para garantizar que no se pierda nada en la traducción.

Ejemplos de aclaraciones y reflexiones:

  • "Así que te oí decir ..."
  • "Entiendo que te sentiste ..."
  • "Retrocede un segundo, ¿qué quisiste decir con ...?"
  • "¿Qué considerarías como ...?"

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